• Desconecta completamente todos los equipos electrónicos que no estés utilizando. El modo de espera, conocido como stand-by, puede llegar a suponer hasta el 7% del consumo energético del hogar.
  • No dejes las luces encendidas de manera innecesaria. Supone un gran consumo de energía así como un incremento considerable en tu factura de la luz.
  • Cambia todas las bombillas tradicionales o de bajo consumo por bombillas LED. Dan la misma luminosidad y te permitirán ahorrar en luz de manera considerable. Su ventaja respecto a las bombillas de bajo consumo es que no necesitan calentarse para aportar toda su luz.
  • Utiliza de manera correcta   la calefacción y aire acondicionado, aumentando y disminuyendo en un grado la temperatura. Se considera que entre los 19 y 21º en invierno y los 24 y 26º en verano ofrecen la mejor relación entre confort y ahorro energético en el hogar. Mantén una temperatura media constante, evitando en todo momento las temperaturas más drásticas durante un corto periodo de tiempo.
  • Aislar tus   ventanas y puertas de manera eficaz evitará la pérdida de calor con la consecuente reducción del uso de la calefacción, que te permitirá ahorrar en luz.
  • Aprovecha la energía solar para calentar la casa y evitar tener la luz encendida.  Levanta todas las persianas de la casa y abre las cortinas durante los momentos de luz solar intensa.
  • Si tenemos pensado cambiar de electrodomésticos, que sean con la distinción de “clase A”, son altamente ecológicos y   garantizan un ahorro energético en el hogar muy significativo.